Por Diego Raimundo
Días atrás recorriendo las diferentas canchas del Country comprobé que hay gente que no se conforma con nada y que tampoco entiende cuales son las responsabilidades y obligaciones de los entrenadores y de la Coordinación del Fútbol Infantil. A través de éstas líneas no vamos a ponernos del lado de los que conducen, pero si tratamos de que los conventillos no digan presentes. Lo que resulta incomprensible es que a pesar de que los resultados son positivos, siempre hay padres que murmuran sobre los entrenamientos, canchas, vestimenta, etc., etc., etc. Entonces digo “El contra no era Calabró”, sólo falta que en City Bell aparezca la trillada frase “Pedro…mira quien vino…”
Aunque no se trata de recordar aquel sketch que tan bien protagonizaban al actor cómico Juan Carlos Calabró y el locutor-periodista Antonio Carrizo, aquí lo que tratamos de reflejar es cómo padres, familiares o allegados a los jugadores reclaman cosas “increíbles”. Es cierto que muchas veces todos quieren ver a sus hijos jugar, ser titulares y que lleven la cinta de capitán, pero lo que no puede ocurrir es que los reclamos apunten a los horarios de los entrenadores, la vestimenta o el tiempo que los chicos están sentados con sus entrenadores hablando sobre cómo hay que jugar o como debe plantearse un partido.
Ya lo hemos dicho, lo mejor es mirar como los futbolistas progresan a diario y no ser puntilloso con cuestiones que no le hacen bien a los “actores”. Estudiantes es una institución que abre sus puertas sin reclamar nada y luego inicia un trabajo que apunta a pulir el aspecto futbolístico pero también a educar.
Entonces digo, de que sirve ser contra de todo o quejarse por lo que puede suceder en una práctica ya sea de los equipos que participan en LISFI, AFA, METRO como aquellos que van a la Escuela de Fútbol si en definitiva los que tienen que jugar y disfrutar de los partidos son los chicos y ellos sin dudas son los que más se ven perjudicados cuando los mayores murmuran y buscan poner piedras en el camino.
Hay cuestiones que se deben comprender y otras aceptar, aunque no nos guste, porque lo mas importante fueron, son y serán los chicos.
Días atrás recorriendo las diferentas canchas del Country comprobé que hay gente que no se conforma con nada y que tampoco entiende cuales son las responsabilidades y obligaciones de los entrenadores y de la Coordinación del Fútbol Infantil. A través de éstas líneas no vamos a ponernos del lado de los que conducen, pero si tratamos de que los conventillos no digan presentes. Lo que resulta incomprensible es que a pesar de que los resultados son positivos, siempre hay padres que murmuran sobre los entrenamientos, canchas, vestimenta, etc., etc., etc. Entonces digo “El contra no era Calabró”, sólo falta que en City Bell aparezca la trillada frase “Pedro…mira quien vino…”
Aunque no se trata de recordar aquel sketch que tan bien protagonizaban al actor cómico Juan Carlos Calabró y el locutor-periodista Antonio Carrizo, aquí lo que tratamos de reflejar es cómo padres, familiares o allegados a los jugadores reclaman cosas “increíbles”. Es cierto que muchas veces todos quieren ver a sus hijos jugar, ser titulares y que lleven la cinta de capitán, pero lo que no puede ocurrir es que los reclamos apunten a los horarios de los entrenadores, la vestimenta o el tiempo que los chicos están sentados con sus entrenadores hablando sobre cómo hay que jugar o como debe plantearse un partido.
Ya lo hemos dicho, lo mejor es mirar como los futbolistas progresan a diario y no ser puntilloso con cuestiones que no le hacen bien a los “actores”. Estudiantes es una institución que abre sus puertas sin reclamar nada y luego inicia un trabajo que apunta a pulir el aspecto futbolístico pero también a educar.
Entonces digo, de que sirve ser contra de todo o quejarse por lo que puede suceder en una práctica ya sea de los equipos que participan en LISFI, AFA, METRO como aquellos que van a la Escuela de Fútbol si en definitiva los que tienen que jugar y disfrutar de los partidos son los chicos y ellos sin dudas son los que más se ven perjudicados cuando los mayores murmuran y buscan poner piedras en el camino.
Hay cuestiones que se deben comprender y otras aceptar, aunque no nos guste, porque lo mas importante fueron, son y serán los chicos.
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